Mito 6: Muchas plantas y animales están desapareciendo por culpa del crecimiento de la población humana
No hay absolutamente ningún dato científico que soporte esta reclamación. Incluso algunos científicos como David Jablonski asegura que “no tenemos ni idea de cómo muchas especies siguen aquí y otras están desapareciendo”. Algunas especies, como las ballenas azules, hurones de patas negras o los búhos manchados son ahora mucho más numerosos de lo que fueron antaño. Dado que muchas especies viven en los bosques y la superficie que cubre los bosques de la Tierra es casi la misma, las reclamaciones de supuesta extinción masiva de especies es más que dudosa.
Mito 7: La superpoblación amenaza el suministro de alimentos mundial
Según la FAO, los suministros de alimentos exceden los requerimientos en todas las áreas del mundo, suponiendo un exceso de aproximadamente el 50% en 1990 en los países desarrollados y un 17% en las regiones en desarrollo. “Globalmente, los suministros de alimento se han duplicado en los últimos 40 años entre 1962 y 1991, y a nivel mundial no hay obstáculo para la producción de alimentos para responder a la demanda”. Según documentos de la FAO preparados en 1996.
Actualmente, los agricultores emplean menos de la mitad de la tierra cultivable. La conversión de la tierra en terreno urbano y edificable absorberá menos del 2% de la tierra mundial y no “parece que vaya a ser una amenaza seria para la producción agrícola” según Paul Waggoner, como dice en un informe para el Consejo para la Ciencia La Ciencia y la Tecnología Agrícola en 1994.
Mito 8: La superpoblación es la causa primordial de pobreza
En realidad, los problemas comúnmente llamados de “superpoblación” son el resultado de malas políticas económicas. Por ejemplo, los periodistas occidentales culparon del hambre en Etiopia a la “superpoblación” pero esto simplemente no era cierto. El Gobierno etíope lo causó confiscando las reservas almacenadas de alimentos a los traders y agricultores para exportarlos y comprar armas a cambio.
Aquel régimen en Etiopía fue el causante en aquella ocasión de la tragedia, no su población. De hecho, África, a la que suele relacionarse con la culpa por la “superpoblación”, tiene sólo una quinta parte de la densidad de población que hay en Europa y posee un potencial no explotado para la agricultura que podría alimentar dos veces a la actual población mundial, según ha estimado Roger Revelle de la Universidad de Harvard de San Diego.
Los economistas que escriben para el Fondo Monetario Internacional dijeron en 1994 que los problemas económicos en África resultaban de un gasto gubernamental excesivo, impuestos elevados a los agricultores, inflación, restricciones al comercio, demasiada propiedad gubernamental y exceso de regulación a la actividad económica privada. No había en aquellos informes ni una sola mención a la superoblación.
El Gobierno de Filipinas depende de la ayuda externa (Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial) para controlar el crecimiento de la población, pero en realidad lo que hace es proteger a los monopolios que compran las producciones de los agricultores a precios artificialmente bajos y que luego venden a precios artificialmente altos, causando una pobreza que se extiende.
Los “abogados” del control de la población culpan a la “superpoblación” de la pobreza en Bangladesh. Pero el Gobierno domina la compra y procesamiento de la cosecha de yute, la más importante, de manera que los agricultores reciben menos por sus esfuerzos de lo que recibirían en un mercado libre.
Los agricultores empobrecidos emigran a la ciudad, pero el Gobierno tiene la propiedad del 40% de la industria y regula el resto con control de precios artificial, impuestos altos y reglas no publicadas e implícitas administradas por una burocracia gigantesca, corrupta que depende de la ayuda externa.
Los empleos son difíciles de encontrar y la pobreza es rampante. Todo esto lleva a problemas como la distribución ineficiente, pero de nuevo, este problema está causado, como en el caso de Etiopía, por políticas económicas domésticas pésimas.
Se suele decir que la pobreza en China es el resultado de la “superpoblación”. Pero Taiwán, con una población cinco veces más grande que China Continental, tiene una renta per capita varias veces la de ésta.
La República de Corea, con una densidad de población 3,6 veces más grande que la de China, tiene una renta per cápita casi 16 veces mayor.
El Gobierno de Malasia abandonó el control de la población en 1984, lo que desembocó en un crecimiento económico muy reseñable bajo reformas de mercado no regulado, cuando Ecuador, Uruguay, Bulgaria y otros países lamentaban en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo en El Cairo que, aunque habían reducido su crecimiento de población, sus economías seguían deteriorándose.
Mito 9: Las mujeres y los hombres en todo el mundo están suplicando medios para controlar su fertilidad
Esto es algo totalmente falso. No es así según los informes de lugares como Bangladesh, África y Filipinas. El hecho es que excedentes de condones y píldoras para el control de la natalidad llenan los almacenes de los países menos desarrolados pero las mujeres huyen de los planificadores familiares y suplican que sus DIUS implantados sean extraídos.
La ley de asistencia exterior de Estados Unidos requiere que los países que reciben ayuda americana tomen medidas para reducir el crecimiento de población (puedes encontrar esto en el US Code 22, sec. 2151-1; 22 US Code, sec. 2151(b). Lejos de encontrarse una “necesidad no cubierta” de control de la natalidad, los planificadores familiares apoyados por la ayuda extranjera en la India, Bangladesh y otros países deben pagar a sus clientes, o forzar a éstos a aceptar el control de su natalidad, según los informes de estos países. El control de población con ayuda exterior es tan impopular en Bangladesh que protestas sobre este asunto impidieron que el primer ministro atendiera la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo en el Cairo en 1994.
La doctora Margaret Orgola, una pediatra keniata, cuestionó la existencia de una “necesidad no cubierta” en el caso de la planificación familiar en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo en el Cairo en 1994. Dijo que los donantes de ayuda extranjeros habían sido espléndidos con las píldoras, condones y aparatos DIU en los hospitales y clínicas de Kenia, pero algo tan simple como medicinas para las enfermedades comunes no estaban disponibles.
Un informe de las Naciones Unidos sobre políticas de aborto y control de natalidad en todo el mundo encontró que altas porcentajes de mujeres de todo el mundo eran familiares con los métodos “tradicionales” para limitar la natalidad.
En 1981, la mujer típica de Bangladesh tenía siete hijos durante su vida; desde entonces la cifra ha descendido a 3.4 hijos. Según la prensa de ese país en 1994, el secretario de salud reconoció que “la coacción, el chantaje y el abuso de pagos bajo cuerda” eran problemas habituales en el programa de control de la población.
Alarmada por la extremadamente baja fertilidad, Corea del Sur, reportó en la Conferencia Internacional en El Cairo que había reducido drásticamente el gasto de su Gobierno en Control de natalidad.
Las agencias de “planificación familiar” apoyadas por el Gobierno de los Estados Unidos, tales como Planned Parenthood, reclaman que sus servicios ahorran costes a la asistencia pública, pero de hecho, investigaciones publicadas han mostrado que los estados que gastan enormes cantidades presupuestarias en control de la natalidad tiene como consecuencia mayores costes de asistencia pública. Los estudios muestran también que los estados que requieren consentimiento de los padres para que una menor tenga un aborto tienen menores tasas de embarazo adolescente.
Mito 10: La superpoblación causa la guerra y las revoluciones
El continente más acosado por las guerras de la Tierra, África, es también uno de los menos densamente poblados, con cerca de la mitad de habitantes por kilómetro cuadrado que la media mundial. Los malos gobiernos apuntalados por una ayuda exterior mal gestionada, son la raíz del problema con toda probabilidad.
La corriente mundial que promueve el control de población no es pequeña ni débil. Es una alianza poderosa entre las agencias de las Naciones Unidas, los gobiernos nacionales, fundaciones y “organizaciones no gubernamentales“. Esta alianza controla muchos miles de millones de dólares en recursos.
Sus miembros incluyen agencias de planificación familiar, organizaciones medioambientalistas radicales, tales como el Sierra Club y el World Wildlife Fund, planificadores de desarrollo, instituciones financieras internacionales, tales como el Banco Mundial, agencias de relaciones exteriores tales como el Worldwatch Institute.
Su ideología domina de forma creciente la escuela y los programas de educación escolares y los libros de texto.
En última instancia, sin embargo, su poder reside y se alimenta de la ignorancia de la población en países como los Estados Unidos.