La Isla de Pascua es el lugar poblado más remoto del planeta: está en el Océano Pacífico a 3500 kilómetros de la costa de Chile y a 2037 kilómetros de la isla polinesia más cercana. Su extensión es de apenas 160 kilómetros cuadrados. Las montañas más elevadas de la isla de Pascua son tres volcanes apagados. Su nombre proviene de la fecha de su descubrimiento: el navegante neerlandés Jakob Roggeveen, al mando de tres barcos, llegó a la isla el 6 de abril de 1722, día de la Pascua de Resurrección.
Los moáis y sus secretos
Seguramente Roggeven, al llegar, quedó entre maravillado y sorprendido por la visión de los moáis esparcidos por toda la costa de la isla. Hoy sabemos que han sido catalogados más de mil, pero se cree que hay muchos más enterrados. Es un misterio que ha quitado el sueño a estudiosos en todos los confines de la tierra, pero, sin embargo, todavía no es posible confirmar el verdadero significado de estas esculturas de piedra. Todos los moáis están orientados hacia el interior de la isla, lo que permite inferir que no tienen el objetivo de intimidar al posible visitante extranjero. Algunos arqueólogos piensan que se trata de monumentos funerarios, otros que son la plasmación de alguna deidad o espíritu en una figura con rasgos humanizados. También podría tratarse de un héroe épico o mitológico e incluso algunos sugieren que podríamos encontrarnos ante la representación de seres extraterrestres. Hace no tantos años, dos cabezas de moái cercanas al volcán Ranu Rarakufueron desenterradas, lo que produjo un hallazgo sorprendente: se trataba de cuerpos enteros con inscripciones. En el frente de uno de ellos apareció un extraño grabado, un velero de tres palos. Este moái llevaba siglos sepultado hasta el cuello. No se sabe quién dibujó ese velero. ¿Pudo ser una referencia a la llegada del hombre occidental a la isla allá por el siglo XVIII?
¿Un desastre ecológico?
Los antiguos pobladores de Rapa Nui (nombre primigenio de la isla) construyeron moáis obsesivamente. Es sabido que era un paraíso de bosques habitados por numerosas aves y otras especies, un ecosistema rico y equilibrado para cualquier civilización que hubiera albergado. Algunas hipótesis indican que la construcción de las estatuas obligó a talar todos los bosques, provocando un enorme desastre ecológico. Cuando aves y otros animales prácticamente se extinguieron, los pobladores de la isla sufrieron una grave escasez de alimentos, lo que desencadenó en disputas entre las tribus. Campesinos y pescadores combatieron, y se cree que el hambre los condujo incluso al canibalismo. Los que subsistieron abominaron el pasado reciente y derribaron parte de los moáis, culpándolos de las sangrientas muertes.
Cómo ir a la Isla de Pascua
Para ir a la Isla de Pascua se debe tomar un avión de LAN (línea aérea chilena) desdeSantiago de Chile. El vuelo dura unas cinco horas, LAN es la única aerolínea que cubre el trayecto. Los moáis son el principal atractivo turístico de la Isla de Pascua, cuyos habitantes viven además de la pesca. Otras atracciones de la isla son los recorridos por las playas y costas, y por los sitios de interés arqueológico, como también paseos hacia los volcanesRanu Rakaru y Rano Kau.