Estamos en medio de una crisis de salud tanto en adultos como en niños. Ya no podemos permitir que corporaciones como McDonald’s sigan explotando la caridad como un vehículo para publicitar una marca de comida chatarra y como un escudo contra la crítica.
El año pasado McDonald’s se valoró en $27 mil millones de dólares y sólo donó el veinte por ciento de sus fondos globalmente. Algo de este dinero, además, vino de cajas de donación en las instalaciones de McDonald’s, es decir, vino de los clientes.
“Las Casas Ronald McDonald generan que mucha gente piense que McDonald’s dona el 100 por ciento de sus fondos de caridad”, apunta Michele Simon abogado de la salud pública y escritor. “Sin embargo, más allá de la importancia de dar asilo a familias durante estos tiempos tan difíciles, esta es una de las maneras en que McDonald’s ha confundido al mundo. La realidad no empata con la retórica”.
Los resultados de sus investigaciones incluyen cómo las donaciones filantrópicas de McDonlad’s son 33 por ciento más bajas que las de grandes corporaciones, y que McDonald’s gasta casi 25 veces más dinero en publicidad que en donaciones de caridad.
Simon también investigó cómo McDonald’s se enfoca en los niños para hacerse pasar por una compañía caritativa. “Por ejemplo”, apunta Simon. “en eventos llamados Noches de McMaestros, los maestros sirven como trabajadores voluntarios para la compañía mientras los padres compran comida rápida para recaudar dinero para las escuelas. Y mientras esto aumenta las ventas de McDonald’s en gran medida, esta sólo le regresa a las escuelas algo así como $1 dólar por estudiante”.
La razón por la cual Simon critica la filantropía de McDonald’s es porque el gigante de las hamburguesas utiliza la caridad como un escudo contra las críticas, para distraerlas de sus prácticas dañinas. “Dados los graves riesgos que enfrentan los niños hoy, la filantropía de McDonald’s debe verse con un ojo crítico. Las actividades caritativas de McDonald’s son egoístas y tienen varias ramificaciones negativas para las políticas de salud pública. Mientras McDonald’s pretende estar “regresando”, continúa fomentando que las políticas públicas no reduzcan la publicidad de la comida rápida para los niños y se rehúsa a pagar salarios dignos a sus trabajadores sin importar las protestas.