Actualmente, Eugene Shoemaker es reconocido como uno de los padres de la ciencia planetaria. Como experto en el estudio de asteroides y fundador del Programa de Astro-geología de la USGS, sus investigaciones aportaron variada e importante información al desarrollo de la carrera espacial, desde el entrenamiento de astronautas, hasta el hallazgo de algunos de los asteroides más singulares del sistema solar. Entre estos últimos, se cuenta al célebre asteroide Shoemaker-Levy 9, que en 1994 impactó contra la superficie de Júpiter y liberó una energía equivalente a 6 millones de megatones, es decir, unas 750 veces el arsenal nuclear total de la Tierra, lo que permitió estudiar por primera vez un impacto planetario de semejante envergadura.
Trágicamente, Shoemaker murió en un accidente automovilístico, en julio de 1997. Los directivos de la NASA, afligidos por la pérdida, decidieron honrarlo de un modo único: otorgaron al científico el privilegio de ser el único ser humano sepultado fuera de la Tierra. Así, en enero de 1998, sus cenizas fueron trasladadas en la sonda lunar Prospector, que tras 19 meses de investigación se estrelló finalmente en un cráter cercano al polo sur de la Luna, enterrando al mismo tiempo los restos mortales del científico. El cráter elegido no fue una casualidad; de hecho, se trató del bautizado cráter Shoemaker, estudiado y catalogado intensivamente por Eugene durante su juventud.
Fuente: anfrix.com