¿Sabían que el Vaticano posee la cantidad de dinero suficiente para acabar con la pobreza mundial dos veces?

¿Sabían que el Vaticano posee la cantidad de dinero suficiente El oro del Vaticano: el segundo en el mundo después del tesoro de los EEUU

Siempre he pensado que la Iglesia tenía un cierto gusto por lo tenebroso, o un mal gusto, matizo. Lo vamos a ver un año más en las multitudinarias procesiones de Semana Santa, que están otra vez a la vuelta de la esquina. Siempre me ha llamado la atención con qué regocijo salen a la calle esos feligreses encapuchados portando al hombro pesadísimas figuras sangrantes, con los ojos desencajados por las torturas y el padecimiento físico. Esa forma enfermiza de recrearse en el dolor me parece, además de muy desagradable, un fenómeno digno de estudio. ¿Por qué tanto empeño en revivir una y otra vez el mismo episodio, regodeándose en el realismo macabro de las escenas? Apostaría a que en un manual de psiquiatría encontraríamos un nombre que definiera esa patología del gusto por el sufrimiento. En cualquier caso, resulta casi obsceno para aquellos a los que la tradición nos resbala por la pernera, y asistimos atónitos, cada año, al espectáculo dantesco de la Semana Santa. 



Hallábame yo en estas reflexiones cuando leo, como por casualidad, y con la boca abierta hasta el suelo, que la Santa Sede no ha firmado la inmensa mayoría de las convenciones internacionales sobre derechos humanos que tiene en su carpeta las Naciones Unidas. Es decir, de ciento y pocas, la curia habrá estampado su sello en una decena, no más. Semejante pereza para la rúbrica resulta, como poco, chocante, con una institución que se llena la boca con el "amaos los unos a los otros". Y no es que los papeles de las Naciones Unidas tengan un clarísimo valor práctico, pero qué quieren, servidora no puede evitar mirar de reojo a un estado que no ratifica las convenciones que se han firmado sobre los genocidios, crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad o el apartheid. Ni tampoco las que tratan sobre la supresión de la esclavitud, los trabajos forzados, la tortura y la pena de muerte. Y siguiendo la lista de florituras, añadiremos que no encontraremos al estado Vaticano en la lista de los defensores de los derechos de los trabajadores, las mujeres, defensa de la familia y el matrimonio (sorpresa, sí, familia y matrimonio); y para completar la enumeración de no-apoyos, añadiremos las no ratificadas convenciones sobre la supresión de la discriminación basada en la sexualidad, la enseñanza, el empleo y la profesión. 


Después de estas líneas, una se hace cruces tratando de imaginar qué estado será ése tan bárbaro, incivilizado, oscuro y terrorífico, capaz de ostentar semejante currículum. Porque apoyar y firmar supone un gesto, al menos, simbólico y de buena voluntad, y de gestos simbólicos y buenas voluntades la Iglesia sabe un rato. Otra cosa son los hechos. 
Esta información está extractada de una interesante ponencia de A. G. Movellán (autor por cierto del libro "La Iglesia católica y otras religiones en la España de hoy" que aunque tiene año y medio de antigüedad, la doy por actual, dado que a mis oídos no ha llegado que en los últimos meses la Santa Sede se haya despiporrado firmando tratados a diestro y siniestro -calculo yo una media de cinco convenciones mensuales para ponerse al día con los países punteros en la defensa teórica de los derechos humanos-. Bastante tienen con apuntalar al santo padre para que no se desplome y deje a la institución huérfana antes de que se haya rifado su puesto y todo quede atado y bien atado. 
Pues bien, esta sequía de ratificaciones es la manera de evitar el compromiso público y coloca a la Santa Sede a la cola de los estados defensores de los derechos humanos, por detrás por ejemplo de Ruanda. Y cierro la boca no porque se me acabe el asombro, sino porque se me seca la garganta. 
Al hilo de estas reflexiones no puede una evitar acordarse de los escándalos de abuso sexual, las condenas por pederastia, los casos de violaciones de religiosas, repetidas y concienzudamente encubiertas, y otros episodios algo más alejados en el tiempo, pero igualmente cercanos en la memoria, como el estrechamiento de manos a individuos tan amantes de la raza humana como Pinochet. Luego vienen los arrepentimientos "por las faltas cometidas contra el hombre por los hijos de la Iglesia Católica". 
Es sobradamente conocido que el mensaje original que en su día fue la piedra de la Iglesia católica, hace ya tiempo que se extinguió de los pasillos vaticanos. Su rastro sólo se puede encontrar en algunas actitudes personales, alejadas de Roma y cercanas a lugares de los que diríamos que están "dejados de la mano de Dios". Y suele coincidir que además de pelearse con toda suerte de avatares que la vida pone por delante, también tienen que torear la oposición, las críticas y el freno de sus propios compañeros de profesión. Qué ironía. 
Me pregunto qué diría su Maestro de todo esto. 
Nada más que añadir 


¿Cómo ha llegado la iglesia a su inmensa riqueza? 

Oro: 
El Vaticano acopia el segundo tesoro en oro más grande del mundo 
En la revista italiana “Oggi” el tesoro en oro del Vaticano, en base a “informaciones extraordinarias” fue colocado detrás del de los EEUU, como el segundo más grande del mundo con: 7000 millones de liras = 3.500.000.000 Euros. En comparación el valor del tesoro en oro del estado de Italia es de “sólo” 400 mil millones de liras. Esto fue en 1952. ¡Cual será el tamaño actual del tesoro del Vaticano? Calculemos el incremento del valor, entonces el valor del oro sería hoy un 63 % más alto. Con la venta del tesoro del Vaticano, según el momento de un eventual desembolso, podría haber producido una ganancia de un 650 %. Y aquí uno se pregunta: 

¿Cómo llegó el Vaticano a este enorme patrimonio en oro? 

El Vaticano juega al póker con enormes reservas financieras en Wallstreet 
Las reservas financieras exteriores del Vaticano se encuentran concentrados principalmente en Wallstreet. En total el patrimopnio de la central de la iglesia, en acciones y otras participaciones en capitales, en el año 1958 deberían haber alcanzado unos 50 mil millones de marcos alemanes” 
Esta cifra, mientras tanto, debe haber crecido probablemente en mucho más de 100 mil millones de Euros. 

Las riquezas del Vaticano son incalculables:

En España la Iglesia católica es una gran potencia inmobiliaria. No hay pueblo sin iglesia, ni ciudad sin catedral, ni casi monte sin ermita. Se calcula que el patrimonio eclesiástico está integrado por 100.000 inmuebles. O dicho de otra forma, el 80% del patrimonio histórico-artístico nacional pertenece a la Iglesia. (...) Para muestra, el 70% del suelo habitable de la ciudad vieja de Toledo está en manos de la Iglesia. Y lo mismo puede decirse de Ávila, Burgos o Santiago de Compostela. (...) Nadie sabe la cuantía total del patrimonio eclesiástico. La Iglesia no lo dice, escudándose en el funcionamiento diocesano de la misma (El Mundo, 22.01.02).
El tesoro en oro acumulado por el Vaticano es posiblemente uno de los más grandes del mundo. A los indígenas de América –que fueron matados a millones por este oro– hasta el día de hoy no se les ha devuelto nada.
La Iglesia española es accionista de empresas como Inditex (Zara), Endesa, Banco Popular o Teléfonica. A través de Umasges, la sociedad creada por la cúpula eclesiástica, ésta invierte en Bolsa.
La Santa Sede es propietaria de acciones en la General Motors, IBM y Disney, además es inversora en empresas de alimentación (FOCUS-online). A esto hay que añadir empresas de servicios y de telecomunicación, así como bancos y aseguradoras valoradas en más de 12.000 millones de euros.

La millonaria Iglesia exige al Estado cada año millones de euros en subvenciones :

El Estado español y la Santa Sede firmaron el 3 de enero de 1979, entre otros, un Acuerdo sobre Asuntos económicos de la Iglesia católica española, que contiene su financiación y su exención de impuestos.
Solamente a cargo directo de los Presupuestos Generales del Estado, la Iglesia católica recibió en 2005 la nada desdeñable cifra de 141.469.680 euros.
El gobierno ha decidido hacer un regalo anual a cargo de las arcas públicas y con dirección a las de la Conferencia Episcopal de 35 millones de euros extra, al margen de lo que les correspondería por ley. (El País, 12.11.05).
Existen pocos datos concretos sobre el dinero que percibe la Iglesia de las diferentes administraciones públicas con destino a conservar y mantener su patrimonio (iglesias, catedrales u otros edificios de su propiedad); no obstante, el pasado 17 de noviembre la Cadena Ser hizo público un informe elaborado por la Fundación Caja Madrid en el que se desvelaban los datos del año 2001. La Iglesia había recibido 106 millones de euros fundamentalmente de las arcas de los ayuntamientos en concepto de «conservación de patrimonio».
Mientras muchos centros públicos padecen situaciones penosas, con infraestructuras escasas, masificación, falta de medios, etc., el Estado subvenciona con 2.500.000 euros centros privados de educación que pertenecen a la Iglesia.
El montante total que la Iglesia recibe de las arcas públicas asciende a más de 3.300 millones de euros anuales.
Además de otras ventajas fiscales, la Iglesia no paga IVA en sus compras, ni paga impuesto de sucesiones o donaciones.



El Vaticano es un Estado rico: 

El caso es que sus riquezas son invendibles. Ni la catedral de San Pedro ni las piezas artísticas de sus museos pueden ser comerciadas. Estas propiedades aparecen en los balances con valores simbólicos. El hecho de que el mismo Vaticano no publique cifras sobre su capital, obliga a los especialistas a trabajar con estimaciones. Los cálculos oscilan entre uno y 12 mil millones de euros.
Alrededor de las ganancias percibidas por los dineros del Vaticano puestos a intereses o provenientes de transacciones bursátiles rodean toda suerte de misterios. La Santa Sede posee valores en inmuebles, acciones, obligaciones y oro. A ello se suman entradas por arriendos, divisas y especulación monetaria. Estas sumas son administradas por la tercera entidad financiera Istituto per le Opere di Religione (IOR), considerada el banco del Vaticano. No estando supeditado al control monetario del Estado italiano, el IOR no publica balances.

Universelles Leben - Las riquezas del Vaticano son incalcLa riqueza de la Iglesia es dinero manchado con sangre 
En general me resulta realmente preocupante como la desinformación y la consiguiente des- concientización logra que no se establezcan relaciones causales entre política y religión... Mi firma no es casual y apunta a lo que digo, pero es increíble la cantidad de gente que cuando planteás un tema "político" en apariencia pregunta: "y que tiene que ver eso con el tema del thread"??. Sinceramente espero que cada vez más personas estudien y busquen su superación personal en el conocimiento, la información, la educación, el compromiso social y todas las vías y canales que tenemos para cultivarnos, porque cuanto más gente lo haga menos van a poder hundirnos en el oscurantismo y la ignorancia... ya que hasta el más "inocente" puede ver que el Medioevo fue su paraíso. Solo necesitan más poder, o sea, un rebaño más numeroso.

La verdad que esto (y es una infinitésima parte de lo que se esconde detrás de esa institución) da verguenza ajena, si bien lo podria entender de un represante del consorcio Perez Companc, o de los Rokefeller, no de aquellos que predican la humildad como uno de los mas altos valores y que dicen representar a Aquel que anduvo con los mas pobres entre los pobres, y hacía y vestia como un humilde mas. 
La pregunta es: porqué el heredero de Pedro y todas las increíbles riquezas de su "santa sede"?? y su lujoso Estado propio, no hacen lo que predican????
Estúpido de mí, pero si todo eso es "patrimonio de la humanidad"...
Y a los creyentes les digo, mediten antes de contestar, porque el que ustedes dicen representar una vez dijo "Yo Soy la Verdad, y cualquiera que ame a padre, madre, hijo o hermano más que a mí, no es digno de mí". 


Google Plus