Autodefensa “decomisa” residencia a Templarios
PARÁCUARO, La autodefensa tiene una base de operaciones de lujo en esta localidad michoacana.
Pinturas con marcos de madera tallada, salas aterciopeladas, candelabros, una cocina integral, un comedor para diez personas, una figura de la Máter Dolorosa y hasta un piano son los elementos del inmueble que luce desgastado por el desuso.
El lujo de una residencia llama la atención por sus muros altos y sus acabados, en una localidad de ejidatarios y jornaleros.
En el inmueble se encuentra el Comandante Cinco y lo resguardan unos treinta miembros de las autodefensas. “Pásenle, aquí vivía un tal 'Botas', que era uno de los Templarios de acá”. Muestra el inmueble, la sala, la cocina, la piscina en forma de una bota y el jardín, que tiene un área para hacer carne asada y baño propio.
El lujo de una residencia llama la atención por sus muros altos y sus acabados, en una localidad de ejidatarios y jornaleros.
En el techo de la residencia, cuenta uno de los guardias, está la firma de “El Botas” en la decoración.
Uno de los planes que han manifestado los líderes de las autodefensas es recuperar todo lo que fue robado por el Cártel de Los Caballeros Templarios y devolverlo a sus dueños legítimos. Todo es parte de un acuerdo de los liderazgos de autodefensas, que son alrededor de treinta.
El Comandante Cinco tiene un radio en el cinturón y porta dos teléfonos celulares. Con el radio sondea en donde podrían estar Los Caballeros Templarios: “¿Qué reporte me das de los malos, dónde andan? -Cero. No hay nada -se escucha.
-Sigan al pendiente.
Los miembros de la organización criminal se dedicaron a robar en la zona hasta que hartaron a los pobladores y a los empresarios. El Comandante Cinco tiene 70 toneladas limoneras, ganado y da trabajo a un centenar de personas.
Ante la emergencia, mandó a su esposa y tres hijos a Estados Unidos y tomó las armas “hasta no acabar con los Templarios”. Trae al cinto una escuadra Súper .38 modelo Golden Cup. “Mi Copa de oros”, le llama a su pistola favorita. Es plateada y tiene un búfalo dorado en las cachas.
Todas las decisiones que tomamos las hacemos en consejo. Yo no puedo tomar una decisión por todos”, asegura el encargado de las autodefensas en Parácuaro.
El dirigente de las autodefensas asegura que su principal ventaja es el conocimiento del terreno en la Tierra Caliente. Para trasladarse, los líderes autodefensas utilizan las brechas en vez de las rutas usuales, pues para ellos es más seguro. Los que andan patrullando se van en brigadas y así cubren el terreno.
“¿Cómo le vamos a dejar al gobierno que tome el mando? No pueden, no pueden porque no conocen.
No vamos a dejar que entre el gobierno y nos desarme, ni el gobierno ni nadie más. Nosotros mismos vamos a entregar las armas, pero una vez que Los Caballeros Templarios estén encarcelados o muertos. Antes no.”
El Comandante Cinco cuenta que ha hablado con los pobladores de Parácuaro para explicar que su paso por la población es temporal hasta que se restablezca la paz y para ello cuenta con el respaldo de la presidenta municipal Lucila Barajas, quien lleva de comer y les otorga vales de gasolina personalmente en la residencia que utilizan ante la huida de “El Botas”.
PARÁCUARO, La autodefensa tiene una base de operaciones de lujo en esta localidad michoacana.
Pinturas con marcos de madera tallada, salas aterciopeladas, candelabros, una cocina integral, un comedor para diez personas, una figura de la Máter Dolorosa y hasta un piano son los elementos del inmueble que luce desgastado por el desuso.
El lujo de una residencia llama la atención por sus muros altos y sus acabados, en una localidad de ejidatarios y jornaleros.
En el inmueble se encuentra el Comandante Cinco y lo resguardan unos treinta miembros de las autodefensas. “Pásenle, aquí vivía un tal 'Botas', que era uno de los Templarios de acá”. Muestra el inmueble, la sala, la cocina, la piscina en forma de una bota y el jardín, que tiene un área para hacer carne asada y baño propio.
El lujo de una residencia llama la atención por sus muros altos y sus acabados, en una localidad de ejidatarios y jornaleros.
En el techo de la residencia, cuenta uno de los guardias, está la firma de “El Botas” en la decoración.
Uno de los planes que han manifestado los líderes de las autodefensas es recuperar todo lo que fue robado por el Cártel de Los Caballeros Templarios y devolverlo a sus dueños legítimos. Todo es parte de un acuerdo de los liderazgos de autodefensas, que son alrededor de treinta.
El Comandante Cinco tiene un radio en el cinturón y porta dos teléfonos celulares. Con el radio sondea en donde podrían estar Los Caballeros Templarios: “¿Qué reporte me das de los malos, dónde andan? -Cero. No hay nada -se escucha.
-Sigan al pendiente.
Los miembros de la organización criminal se dedicaron a robar en la zona hasta que hartaron a los pobladores y a los empresarios. El Comandante Cinco tiene 70 toneladas limoneras, ganado y da trabajo a un centenar de personas.
Ante la emergencia, mandó a su esposa y tres hijos a Estados Unidos y tomó las armas “hasta no acabar con los Templarios”. Trae al cinto una escuadra Súper .38 modelo Golden Cup. “Mi Copa de oros”, le llama a su pistola favorita. Es plateada y tiene un búfalo dorado en las cachas.
Todas las decisiones que tomamos las hacemos en consejo. Yo no puedo tomar una decisión por todos”, asegura el encargado de las autodefensas en Parácuaro.
El dirigente de las autodefensas asegura que su principal ventaja es el conocimiento del terreno en la Tierra Caliente. Para trasladarse, los líderes autodefensas utilizan las brechas en vez de las rutas usuales, pues para ellos es más seguro. Los que andan patrullando se van en brigadas y así cubren el terreno.
“¿Cómo le vamos a dejar al gobierno que tome el mando? No pueden, no pueden porque no conocen.
No vamos a dejar que entre el gobierno y nos desarme, ni el gobierno ni nadie más. Nosotros mismos vamos a entregar las armas, pero una vez que Los Caballeros Templarios estén encarcelados o muertos. Antes no.”
El Comandante Cinco cuenta que ha hablado con los pobladores de Parácuaro para explicar que su paso por la población es temporal hasta que se restablezca la paz y para ello cuenta con el respaldo de la presidenta municipal Lucila Barajas, quien lleva de comer y les otorga vales de gasolina personalmente en la residencia que utilizan ante la huida de “El Botas”.