Y ahí es donde reside el problema. Desde el punto de vista de los científicos, se necesitaría flexionar el arco iris de manera que permitiera al rojo y al violeta unirse y formar rosado.
En rangos de frecuencia de luz, esa coloración sería imposible, pues el infrarrojo está por debajo de los 430 THz (la radiación terahertz es emitida como parte de una radiación de un cuerpo negro con temperatura superior a 10 grados Kelvin) y el ultravioleta está por encima de los 750 THz. No hay manera de poner el color entre las dos frecuencias en donde van las ondas de radio, rayos ultravioleta e infrarrojos, rayos X, rayos gamma y toda una gran variedad de luz.
Existen dos maneras de entender como los seres humanos consiguen ver el color rosado (magenta, fucsia). La primera es caracterizándola como luz. En ese caso, el rosado representaría al verde la misma cosa que el negro significa para el blanco: ausencia.
Exactamente: teóricos del color de la Universidad de San Diego afirman que el rosado es un “verde negativo”, o sea, es el color blanco con toda la luz verde retirada.